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Dimensiones Cósmicas

DIMENSIONES

MUNDOS PARALELOS DE COEXISTENCIA.

1ª DEL ETER A LAS MIRÍADAS (Iniciación de la polaridad).

2ª PARTÓN: Punto esencial transformado en Quanta de Energía.

3ª Nivel ATÓMICO y SUB-ATÓMICO: Aquello que es detectado como materia.

4ª Nivel ATÓMICO y SUB-ATÓMICO de valencias de menor frecuencia.

5ª Nivel ELECTRÓNICO, SER SUPERIOR, Plano divino, Guía espiritual, Esencia, Maestro del Dios Cósmico en nosotros, Angel Guardián, etc. donde el factor del TIEMPO no opera y tampoco existen las reencarnaciones.

6ª Plano de la luz, donde ya no existe la forma.

Fluídos Armónicos e Inarmónicos.

7ª Nivel PLASMÁTICO RADIAL, o aquello que sea el origen del espíritu.

ESFERAS MENTALES.

1ª Esfera Mental.

PRECONSCIENTE, que cubre totalmente el cerebelo. Aquí se manifiestan y producen todos los fenómenos PARANORMALES, utilizando el SER SUPERIOR, como vehículo el PRECONSCIENTE para enviar órdenes; la 1ª Esfera Mental es la caja de resonancia de los cuerpos físicos mediante la cual es controlada la actividad evolutiva del SER.

Por medio del PRECONSCIENTE, se controla la actividad evolutiva del SER de las dos entidades biológicas (SER -3ª Dimensión y ELLO -4ª Dimensión). En el cerebelo existen tres lóbulos; en el lóbulo central se reciben las órdenes que vienen del SER SUPERIOR. Si el comando es para el ELLO; toma el lóbulo izquierdo; si es para el SER, utiliza el lóbulo derecho.

2ª Esfera Mental.

SUBCONSCIENTE. Es el área residual o receptáculo de los impulsos eléctricos selectivos que son registrados por el PATRÓN GENÉTICO ELECTRO-CONDUCTUAL. Rodeado de un cículo rojo, descansando detrás del nervio óptico, la hipófisis, la fisura de Silvio, el Puente Valeriano, el cuarto ventrículo, el núcleo Cuadrigémino, la fisura de Bichart, la glándula Pineal, el cuerpo calloso, la partición del muro transparente, la hendidura trigonal y la cápsula óptica. Es mucho más el receptáculo del SER que del ELLO.

El SUBCONSCIENTE funciona con el SER y con el ELLO pero mucho más con el SER.

3ª Esfera Mental.

CONSCIENTE (discontinuo). Se halla en el hemisferio cerebral derecho en la parte anterior, sobre el ojo derecho. Actúa únicamente el SER Físico de 3ª Dimensión. En estado de vigilia se manifiesta a nivel BETA. (Nota: He incorporado “discontinuo” para distinguir la 3ª de la 4ª Esfera Mental que se describe como CONTINUO)

4ª Esfera Mental.

CONSCIENTE CONTINUO. Se halla en el hemisferio cerebral izquierdo en la parte anterior, sobre el ojo izquierdo, actúa únicamente el ELLO cuatridimensional.

5ª Esfera Mental.

SUPERCONSCIENTE: Se halla en el hemisferio cerebral izquierdo sobre el oido izquierdo, detrás del consciente continuo, se graban impresiones fuertes del ELLO.

6ª Esfera Mental.

CONSCIENTE SUBLIMINAL: Se halla en el hemisferio cerebral derecho detrás del consciente, sobre el oido derecho, se archivan impresiones fuertes el SER. Funciona con el SER tridimendional en las fisuras de ROLANDO y SILVIO.

7ª Esfera Mental.

REGISTRO AKÁSHICO o REGISTRO DE VIDA: Se encuentra en la cabeza del SER SUPERIOR (contiene el resumen de todas las experiencias de la vida) Llega hasta la altura del cuello donde los QUANTAS GENERADORES por impulsos eléctricos del aura, conforman el registro vivencial de las dos entidades biológicas (SER SUPERIOR y ELLO) .

Los fenómenos paranormales son permitidos por el SER SUPERIOR para abrir consciencia en el individuo. Su explicación es a través de elementos de 4ª y 5ª Dimensión.

EL PATRÓN METABÓLICO.

Está situado en la parte inferior del cuerpo calloso o mesolóbulo de cada una de las Entidades Biológicas (SER y ELLO), 3ª y 4ª Dimensión.

Este patrón rige la parte vegetativa del SER y maneja las 6 esencias del

PARTÓN (seis tipos de electricidad) en unidades de +5 ó -5 de acuerdo

a las necesidades, deficiencias o excedentes de cargas en el organismo.

La constitución atómica de las dimensiones 3ª y 4ª es similar al mirar los aspectos y nombres, y las partículas atómicas y subatómicas se corresponden entre sí.

Lo que varía son sus valencias, correspondiente a masas (peso) y las distancias entre el núcleo y las partículas orbitales, de modo que en la 4ª dimensión las distancias serán 10 veces mayores que en la 3ª.

La formación de la 5ª dimensión no da origen a un producto entidad biológica perecedera, sino a una entidad electrónica con un aspecto humano que es sin embargo eterna. A partir de la 5ª dimensión el factor tiempo ya no existe.

La CLARIAUDIENCIA es el desarrollo de la facultad auditiva para escuchar mensajes, sonidos, música o voces dimensionales que llegan del ELLO 4º dimensional o del SER SUPERIOR 5º dimensional; estos fenómenos se pueden oir a través de ondas sónicas o ultrasónicas desde el ELLO o por permisión del SER SUPERIOR.

La amplitud o grado de la PROPORCIÓN MENTAL se obtiene por medio de prácticas especiales (Telepatía, Meditación profunda, etc.) que nos permiten trabajar conscientemente en otros niveles de la mente; como es natural, al esmerarse por estos estados amplificados, se obtiene mucha más proporción mental así como el desarrollo de las Esferas Mentales.

Lo rangos más anchos de las proporciones mentales son aquellos que pueden ser operados ya que aumentan la actividad expansiva a la que nosotros mismos nos hemos sometido y, estando saturados en estos estados expandidos, de este modo, nos conducen a este ensanchamiento de las proporciones mentales.

Fuente: La Ciencia Cósmica.

Crónicas de la Histórica Cósmica II (Libro del Avatar)

El Símbolo del Pez

Los primeros cristianos utilizaban Códigos secretos para confirmar si se encontraban ante una persona que compartía su religión. Uno de estos códigos era el “Ichthys” o Ichthus, palabra que en griego antiguo (ἰχθύς) significa Pez.

La hipótesis más acreditada es que un seguidor de el Cristo, cuando pensaba encontrarse ante otro cristiano clandestino, dibujaba una curva o media luna en la tierra. Si el otro dibujaba otra media luna completando así la figura de un pez, había una probabilidad muy elevada que se tratase precisamente de un seguidor de Jesús que conocía el código secreto cristiano. No olvidemos que los apóstoles eran pescadores.

Las letras que forman la palabra Pez en griego, cuando se escriben en mayúscula (ΙΧΘΥΣ), forman un acrónimo con las iniciales de la expresión “Iēsous Christos THeou Yios Sōtēr“, que significa “Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador” (en griego antiguo Ἰησοῦς Χριστός, Θεοῦ ͑Υιός, Σωτήρ).

Así, el pez se convirtió en uno de los primeros símbolos cristianos, junto a la imagen del Buen Pastor.

El Ichthys se usaba también para señalar las catacumbas cristianas durante las persecuciones contra la comunidad, de forma que sólo los cristianos sabían dónde estaban enterrados sus mártires, para rezar allí.

El pez se encuentra ya en monumentos romanos de las primeras décadas del siglo II, como la Capella Greca y las Capillas del Sacramento de la Catacumbas de San Calixto. Los primeros cristianos lo utilizaban en numerosos frescos y sarcófagos.

La referencia escrita del símbolo cristiano del pez más antigua que se conoce es de Clemente de Alejandría, (nacido en 150), quien recomienda (Paedagogus, III, XI) tener como sello una paloma o un pez. San Clemente no da explicación de estos símbolos, por lo que se puede concluir que ya eran ampliamente conocidos.

Los comienzos del cristianismo no fueron nada fáciles. Considerando que el propio Cristo fue crucificado y que los apóstoles fueron inmediatamente perseguidos de forma brutal, por no hablar de las crueles masacres del Imperio romano, es fácil imaginar que los primeros cristianos vivían su fe de forma prácticamente clandestina.

La asociación del Ichthys con al Eucaristía es enfatizada en el epitafio de Abercius, obispo de Hieropolis del siglo II, y en el epitafio de Pectorius de Autun.

Abercius nos dice que en su viaje a Roma, en todas partes recibió como alimento “el Pez del manantial, el grande, el puro“, como también “vino mezclado con agua junto con pan“.

Pectorius también habla del Pez como un delicioso alimento espiritual que nos da el “Salvador de los Santos”.

La asociación con la Eucaristía también es evidente en los frescos de la Catacumba de Santa Priscila. Después del siglo IV, el simbolismo del pez gradualmente disminuyó.

Si preguntamos al azar a un grupo de personas sobre el por qué la cruz es el símbolo del cristianismo, responderán mayoritariamente que es así porque Jesucristo murió crucificado.

Pocas son las personas que a pesar de profesar el cristianismo, saben que la cruz no se comenzó a utilizar como símbolo de su religión hasta el siglo IV d.C., casi trescientos años después de cuando se crucificó a Jesús, hasta entonces el dibujo en forma de pez era lo que los representaba.

Fue el emperador romano Constantino I (el mismo que promulgó en el año 313 d.C. el conocido Edicto de Milán por el cual daba libertad de culto y dejaba de perseguirse a los cristianos) quien unos años más tarde, concretamente en el 325, decretó en el Concilio de Nicea que el símbolo de los cristianos debía ser la cruz y lo hizo en base a una experiencia mística vivida por él mismo el 28 de octubre del 312, cuando se dirigía con su ejército a luchar contra el emperador Majencio en la batalla del Puente Milvio (era el periodo conocido como “tetrarquía” en el que el poder en el Imperio Romano era ejercido por cuatro personas).

Según relató el propio Constantino (y así lo recogió su biógrafo Eusebio de Cesarea en su obra “Vita Constantini”) dirigiéndose hacia la batalla miró hacia el firmamento y sobre el Sol apareció una cruz rodeada por la leyenda “In hoc signo vinces” (Con este signo vencerás). Quedo tan impresionado por tal aparición que esa misma noche soñó con Jesucristo y como éste le dijo que si usaba ese signo en sus batallas lo haría invencible ante sus enemigos.

A partir del Concilio de Nicea y tras los motivos dados por Constantino I, la cruz pasó a convertirse en el principal símbolo del cristianismo.

La Estructura de Richat

La Estructura de Richat, mejor conocida como El ojo de África, es una formación de círculos concéntricos que se encuentra en el occidente de África, en el corazón de Mauritania, se trata de un curioso accidente geográfico de unos 50 kilómetros de diámetro en pleno desierto, cerca de la ciudad de Ouadane (al noroeste de Mauritania) y puede verse desde el espacio.

La estructura descansa sobre una cuenca al sur de las montañas y colinas del Adrar. Estas tienen la forma de una “L” invertida con su parte septentrional en dirección aproximada este-oeste.

A casi 90 grados está la porción más grande norte-sur que desde el espacio, parece ser una gran isla sobre la planicie del Sahara. Otra curiosidad es que está bordeado de lo que claramente fueron cuencas fluviales, hoy secas. Todas estas corren en dirección norte a sur, siguiendo la bajada natural de las montañas.

El ojo de África yace en el Sahara, casi 500 kms. al este de la costa Atlántica. Como está en el desierto, no prestaron atención de su presencia hasta hace unos años. En 1.965 los astronautas de la NASA notaron su forma durante el desarrollo de la misión Géminis 4. Desde entonces no se ha sabido de su origen, más allá de observar que parece un ojo y tiene unos colores muy particulares. Se creyó en un principio que pudo haber sido producto del impacto de un meteorito, pero no se encontraron evidencias. Después se pensó que su domo se creó a partir de miles de años de erosión en la zona. Lo cierto es que no hay consenso de por qué existe ese extraño punto en nuestro planeta.

En la web Hudson Valley Geologistm el blog describía la estructura de Richat en puros términos geológicos, y en la sección de comentarios, un participante escribió: “Soy mauritano y local …el Ojo de África en Mauritania es artificial, hecho por gente de la edad de piedra. Era un lago artificial, y como las pirámides, está hecho por el hombre…”

En la actualidad, la hipótesis mayoritaria afirma que es una estructura simétrica de un domo anticlinal, que se ha ido creando por la erosión a lo largo de millones de años. La zona central del Ojo del Sahara contiene diversos tipos de rocas, como riolíticas volcánicas, ígneas, carbonatitas y kimberlitas de hace unos 2.500 millones de años.

Lo que destaca de la Estructura de Richat es que se encuentra justo en medio del desierto sin nada alrededor, algo que la hace más llamativa, asociando el hecho de que tiene diferentes capas de rocas con una erosión diferente, dándole un color más llamativo a toda la estructura.

Este tipo de formaciones en forma de “cebolla” son bastante comunes. En España podemos encontrar una, concretamente en Huesca, entre las localidades de Saganta y Estopiñán del Castillo. Barranco de Camorera (Castillo de Estopiñán -Huesca-)

El acuífero del sinclinal de Estopiñán, está a su vez constituido por dos niveles acuíferos independientes: uno inferior integrado por las calizas del Cretácico Superior y ocasionalmente, las calizas y dolomías del Lías, con un espesor de 270 metros, y otro superior en el que la formación acuífera son las calizas y calcarenitas del Eoceno, con un espesor de 300 metros.

Acuífero Triásico.

Bajo esta denominación se incluyen una serie de pequeños acuíferos instalados a favor de retazos de calizas y dolomías, incluso ofitas, aislados en el seno del Keuper. La continuidad lateral de estos materiales es muy pequeña, por lo que en todos los casos dan lugar a acuíferos de muy escasa entidad, sin relevancia regional -incluso local- que unicamente se cita para dejar constancia de su existencia, y por su aptitud para satisfacer pequeñas demandas puntuales, fundamentalmente ganaderas. El drenaje natural se produce a través de numerosos manantiales que como carácter distintivo presentan una apreciable mineralización de sus aguas y un caudal en las proximidades de Camporrells.

Estudio técnico del Barranco de Camorera.

http://info.igme.es/SidPDF/003000/406/3406_0001.pdf

Localización geográfica.

https://www.dices.net/espana/mapa-Huesca-Barranco-de-Camorera-1926118

+INFO:https://mundooculto.es/2018/02/la-enigmatica-estructura-de-richat-en/

https://omicrono.elespanol.com/2016/07/ojo-del-sahara/

https://www.fayerwayer.com/2018/09/atlantida-africa-mauritania/

 

Formación de la Península Ibérica


Orogénesis de la Península Ibérica

Geólogos de la Universidad del País Vasco prueban que la Península Ibérica empezó a formarse en el polo Sur hace unos 650 millones de años.

La Península Ibérica nació como consecuencia de un fenómeno de intenso vulcanismo como los que se dan ahora en Japón. Lo hizo cerca el polo Sur y girada unos 180 grados hace unos 650 millones de años, según descubrió un equipo científico de la Universidad del País Vasco dirigido por el geólogo Luis Eguiluz…. «Las rocas más antiguas de la Península están en Extremadura, en la alineación San Pedro de Mérida-Montoro. Datan de entre hace 600 y 560 millones de años», indica el geólogo. Fueron el germen de Iberia en un mundo muy diferente al actual.

A finales del periodo Criogénico, se dieron las glaciaciones más grandes registradas y Rodinia, un supercontinente formado por todas las tierras emergidas, se rompió en dos grandes masas de tierra separadas por un océano: Laurasia al norte y Gondwana al sur. El primer continente incluía Norteamérica y Eurasia -excepto India-; el segundo, Antártica, Suramérica, África, Madagascar, Australia, la península arábiga y el subcontinente indio.

«En el mundo, sólo había vida en el mar. Los animales más complejos eran parecidos a medusas, lo que se conoce como la fauna de Ediacara».

Sobre la tierra no había nada, ni siquiera hierba. De hecho, la hierba no apareció hasta el Paleozoico. Mira una foto del Marte actual y algo así era nuestro planeta en el Criogénico, solo que con agua y geológicamente muy activo.

Al Norte de África, situada en pleno polo Sur -donde hoy se encuentra la Antártida-, la placa oceánica se metía por debajo de la continental, fenómeno que se denomina subducción. Como consecuencia, se generó un arco volcánico insular, como hoy en Japón. Los volcanes expulsaban grandes cantidades de material y poco a poco, emergió de las aguas una isla. Con el tiempo, se convertiría en Extremadura, pero entonces estaba cabeza abajo.

La costa septentrional de la isla daba al océano y estaba más elevada por los aportes volcánicos, que acababan cayendo hacia el lado meridional y rellenando parte de la lengua de mar entre el germen de la Península y África. Es lo mismo que pasa en el mar del Japón, donde las placas Pacífica y Filipina están metiéndose por debajo de la Norteamericana -que llega hasta allí- y la Eurasiática. Pero, hace 600 millones de años, la erosión era mucho más intensa porque no había ninguna cubierta vegetal que la frenara.

Durante decenas de millones de años, los sedimentos fueron depositándose en las aguas ribereñas de la isla y modelando lo que acabaría siendo la Península Ibérica. La subducción paró hace unos 500 millones de años, en el Cámbrico, cuando aparecen los animales con esqueleto. La Península seguía boca abajo, pero hace unos 370 millones de años comenzó a girar. Tardó 50 millones de años en dar la vuelta. Para entonces, se había movido ya hasta cerca del Trópico meridional a unos 30º de latitud Sur, y tardó otros 50 millones de años en trasladarse hasta las latitudes ecuatoriales del hemisferio Norte. Cuando hace 250 millones de años se forma Pangea, el último gran supercontinente de cuya fragmentación surge la disposición actual de las tierras emergidas, la Península está en el centro, pero a 10º de latitud Norte.

¿Cómo han llegado a averiguar todo esto Eguiluz y su equipo?

Porque hay rocas que conservan un registro magnético que, como la aguja de una brújula, indica dónde se formaron -en este caso, cerca del polo Sur-, además de que en Extremadura hay otras de 480 millones de años características de zonas glaciares.

Estos hallazgos son fruto de años de trabajo para la elaboración del mapa geológico de Extremadura, como colofón del Mapa Geológico Nacional (Magna). En el proyecto conjunto de la Universidad del País Vasco y la de Extremadura que comenzó en 1.992, se prepararon los artículos científicos en los que dan a conocer los descubrimientos que presentaron en Madrid en el marco del congreso Gondwana, centrado en los avances en el estudio del supercontinente en cuyo borde nació la Península hace 650 millones de años.

Fuente:https://www.elcorreo.com/bizkaia/sociedad/ciencia/201408/10/iberia-nacio-polo-20140807182027.html

Formación del Océano Atlántico

Hay más de 100 mesetas submarinas y crestas asísmicas dispersas en los océanos, muchas de las cuales alguna vez estuvieron sobre el nivel del mar. Muchas parecen estar compuestas de corteza continental modificada de 20 a 40 kms. de espesor, mucho más gruesa que la corteza oceánica normal con una corteza superior de 10-15 kms.

Las rocas graníticas en la corteza continental, se han interpretado como crestas en extinción, una corteza oceánica anormalmente engrosada o fragmentos continentales cedidos que lleva el fondo marino «migratorio». Si se rechaza la propagación del fondo marino, dejan de ser anómalos y pueden interpretarse como sumergidos. (Nur y Ben-Avraham 1982; Dickins, Choi y Yeates 1992; Storetvedt 1997).

A partir de un estudio de 402 perforaciones oceánicas en las que se encontraron sedimentos de aguas poco profundas o relativamente poco profundas, se concluyó que no existe una correlación sistemática entre la edad de las acumulaciones de aguas someras y su distancia de los ejes de las crestas del océano medio, refutando así el modelo de dispersión del fondo marino. Algunas áreas de los océanos parecen haber sufrido un hundimiento continuo, mientras que otras experimentaron episodios alternos de hundimiento y elevación.

El Océano Pacífico parece haberse formado principalmente desde el Jurásico Tardío hasta el Mioceno, el Océano Atlántico desde el Cretácico Tardío hasta el final del Eoceno, y el Océano Índico durante el Paleoceno y el Eoceno.

Furón (1949) concluyó que los guijarros continentales no habían sido transportados por los icebergs y que el área en cuestión era una zona continental sumergida.

En el Atlántico ecuatorial, las rocas de aguas someras y continentales son ubicuas. Hay evidencia de sistema de cordillera parcialmente emergente en el Cretácico hasta el Terciario Temprano. Por ejemplo, en el Atlántico se han encontrado depósitos subaéreos en la Cordillera Norte de Brasil, cerca de las zonas de fractura Romanche y Vema adyacentes a los sectores ecuatoriales de la Cordillera del Atlántico Medio en la cresta de la cresta de Reykjanes y en la región de Faeroe-Shetland. (Keith 1993; Bonatti y Chermak 1981; Bonatti y Honnorez 1971)

En el Océano Atlántico Norte y en los Océanos Árticos, la corteza continental modificada (en su mayoría de 10 a 20 kms. de espesor) subyace no solo en las crestas y mesetas, sino en la mayor parte del suelo oceánico; solo en las depresiones de aguas profundas se encuentra la corteza oceánica típica. Dado que las perforaciones en aguas profundas han demostrado que grandes áreas del Atlántico norte estaban previamente cubiertas con mares poco profundos, es posible que gran parte del Atlántico norte fuera de corteza continental antes de su rápido hundimiento. Rocas continentales del Paleozoico inferior con fósiles de trilobites se han dragado desde montes submarinos dispersos sobre una gran área al noreste de las Azores, y la presencia de adoquines continentales sugiere que el área en cuestión era una zona continental sumergida. La montaña calva, de la que se ha dragado una variedad de material continental antiguo, podría ser un fragmento continental hundido.

Se han encontrado depósitos subaéreos en muchas partes del sistema de la cordillera medio oceánica, lo que indica que era superficial o parcialmente emergente en el Cretácico hasta el Terciario Temprano.

H.P. Blavatsky dijo que la Cordillera del Atlántico Medio formaba parte de un continente Atlántico y escribe:

Lemuria, que sirvió como la cuna de la Tercera Raza Raíz, no solo abarcó una vasta área en el Océano Pacífico e Índico, sino que se extendió en forma de una herradura más allá de Madagascar alrededor de Sudáfrica, entonces un mero fragmento en proceso de formación, a través del Atlántico hasta Noruega. El gran depósito de agua dulce inglés llamado Wealden, que todo geólogo considera la boca de un antiguo gran río, es el lecho de la corriente principal que drenó el norte de Lemuria en la Edad Secundaria”.

El profesor Berthold Seeman no solo aceptó la realidad de un continente tan poderoso, sino que también consideró Australia y Europa, antes como partes de un continente, corroborando así toda la doctrina de la «herradura». No se pudo dar una confirmación más sorprendente, que el hecho de que el puente elevado en la cuenca del Atlántico, de 9.000 pies de altura, se extiende por unas dos o tres mil millas hacia el sur desde un punto cerca de las Islas Británicas, las primeras pendientes hacia el sur América, luego se desplaza casi en ángulo recto en una línea desde el Sureste hacia la costa africana, desde donde se extiende hacia el sur hasta Tristan d’Acunha (da Cunha). Esta cresta es un remanente de un continente atlántico y, si se pudiera rastrear más, establecería la realidad de una unión submarina con un antiguo continente en el Océano Índico. Desde que se escribió en 1.888, la exploración oceánica ha confirmado que la Cordillera del Atlántico Medio sí continúa en Sudáfrica y en el Océano Índico.

Blavatsky informó que en las profundidades del océano alrededor de las Azores se habían descubierto restos de un pedazo de tierra una vez masivo, y citó lo siguiente en Scientific American: “Las desigualdades, las montañas y los valles de su superficie nunca podrían haberse producido de acuerdo con cualquier ley conocida sobre la deposición de sedimentos o por elevación submarina; por el contrario, debe haber sido tallado por encima del nivel del agua. Y en algún momento probablemente existieron cuellos de tierra erosionados de la Atlántida en Sudamérica en algún lugar por encima de la desembocadura del Amazonas, en África cerca de Cabo Verde y en España”.

Aparentemente, algunas islas se han hundido en el Pleistoceno tardío. Por ejemplo, M. Ewing informó sobre la arena de playas prehistóricas en dos muestras de núcleos de aguas profundas extraídas de profundidades de 3 y 5,5 kms. en la Cordillera del Atlántico Medio, a más de 1.000 kms. de la costa. En un núcleo había dos capas de arena que estaban fechadas, sobre la base de las tasas de sedimentación, en 20.000-100.000 años y 225.000-325.000 años.

R.W. Kolbe informó sobre los hallazgos de numerosas diatomeas de agua dulce en varios núcleos en la Cordillera del Atlántico Medio, a más de 900 kms. de la costa de África occidental ecuatorial. Afirmó que una posible explicación es que las áreas en cuestión eran islas hace 10-12.000 años, y las diatomeas se depositaron en sedimentos lacustres que luego se hundieron a menos de 3 kms. de agua de mar. Argumentó que esto era mucho más plausible que la teoría de que las corrientes de turbidez llevaban las diatomeas 930 kms. a lo largo del fondo marino y luego más de 1.000 m. para depositarlas en la cima de una colina submarina.

La montaña submarina Atlantis, ubicada a 37 °N en la Cordillera del Atlántico Medio, tiene una parte superior plana a una profundidad de unas 180 brazas, cubierta con adoquines o arena ondulada en la actualidad. Cerca de una tonelada de adoquines de piedra caliza fueron dragados desde su cima, uno de los cuales dio una edad de radiocarbono de 12.000 +/- 900 años. Según B.C. Heezen y sus colegas, la piedra caliza probablemente fue litificada sobre el agua y por lo tanto, la montaña submarina puede haber sido una isla en los últimos 12.000 años.

Fuente: davidpratt.info

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Los Super Continentes

                                                            Pangea

Se cree que después del nacimiento de nuestro planeta, pasaron varios cientos de miles de años hasta que la litosfera se enfrió lo suficiente y surgieron los océanos, dejando trozos de tierra emergida. De esos trozos nació Vaalbara (o Vaalhala) hace unos 3.100 millones de años.

Su forma es casi imposible de confirmar debido a su antigüedad, pero se cree que al menos dos cratones (trozos de litosfera que han permanecido homogéneas desde entonces), el de Kaapval en Sudáfrica y el de Pilbara en la esquina noreste de Australia, formaron parte del super continente Vaalbara, por ello las cuatro últimas letras de esos cratones forman su nombre. Vaalbara se rompió hace aproximadamente 2.800 millones de años.

Según algunos geólogos, 100 millones de años después se formó Kenorland. No hay consenso sobre su existencia, y menos sobre el nombre, pero su ruptura hace aproximadamente 2.500 millones de años, resultó en los proto continentes de Laurentia, Báltica, Australia y Kalahari, cuya aparición es más aceptada.

A Kenorland le sucedió Columbia, nacido hace aproximadamente 1.800 millones de años, roto entre 300 y 500 millones de años después. Se cree que Columbia incluía ya casi todos los bloques continentales actuales, pero con una configuración diferente.

La existencia de Rodinia (del ruso “Patria”) es comúnmente aceptada en la actualidad, a pesar de que no fue sugerida hasta los años 70 del siglo pasado. Su cercanía en el tiempo y el hecho de que sus cratones son más fáciles de distinguir, le confieren una evidencia científica más certera, lo cual no evita debates.

Rodinia nació hace aproximadamente 1.100 millones de años, y podría ser un super continente más, sino fuese porque se cree que su ruptura hace 750 millones de años aceleró el proceso de evolución de la vida que desembocaría en la llamada Explosión Cámbrica.

Asimismo, se cree que el rompimiento, junto con una mayor actividad volcánica, pudo haber influenciado el advenimiento de un periodo de temperaturas bajas, la criogenia, durante el cual la Tierra pudo haber estado cubierta de hielo en toda su superficie.

Después de Rodinia se sucedieron varias configuraciones que, según las diferentes versiones, formaron Pannotia y Gondwana, dos grandes continentes en lugar de uno. Lo que queda claro es que de la unión de estos dos nació el más reciente y conocido de todos los super continentes: Pangea.

Todos hemos oído alguna vez hablar del super continente Pangea “Toda La Tierra” (del griego Pan -todo- y Gea -La Tierra-), era la estructura geológica que reunía a toda la superficie terrestre emergida sobre los mares cuya ruptura dio lugar a la actual configuración continental.

Pangea estaba rodeado por un gran océano conocido como Panthalasia. Con el transcurrir de las épocas surgieron convulsiones en la litosfera causadas por las altas presiones explosivas del magma que causaron el desprendimiento de este continente en dos partes, Laurasia (Norte América, Europa, Asia) y Gondwana (Sur América, África, Antártica, India, Australasia). Cambios en los polos afectó el clima, con enormes inundaciones debilitando la corteza terrestre.

La alta atmósfera experimentó disturbios por los efectos climatológicos y las tormentas geomagnéticas aumentaron lo que provocó una inestabilidad planetaria. Gondwana experimentó los peores terremotos y deslizamientos quedando sobre la superficie terrestre las partes elevadas. La Tierra siguió su curso hasta que los efectos se hicieron sentir en el hemisferio occidental, Laurasia, ocasionando durante milenios el desprendimiento de Norte y Sur América de las costas de África.

Las placas tectónicas sobre las que vivimos se mueven empujadas por fenómenos geológicos subterráneos, y esos fenómenos empujan las grandes masas continentales ya sea para unirlas o para separarlas.

Se calcula que cada ciclo de construcción o ruptura de un super continente dura unos 500 millones de años, y siendo la edad de nuestro planeta 4.300 millones de años, queda claro que Pangea no fue la única super estructura, sólo la más famosa.

Aunque los expertos no están totalmente de acuerdo con el tamaño, configuración y duración de los ancestros de Pangea, de lo que no hay duda es que existieron, y tienen nombres. Pero cómo podemos saber que estas estructuras existieron y su supuesta configuración.

En el caso de Pangea es mucho más fácil, pues los “trozos” que quedaron forman nuestros actuales continentes, y aún quedan piezas que son relativamente fáciles de unir como si de un rompecabezas gigante se tratara, por ejemplo, las esquinas noreste de Sudamérica y suroeste de África. Pero más importante, es el registro fósil de especies iguales encontradas en varios de los continentes, tanto de animales como de plantas. La composición del suelo y su orogenia (forma, antigüedad y composición de las montañas) ayudan a encontrar regiones que en el pasado formaron un mismo territorio.

Para el resto de super continentes, los científicos utilizan mediciones electromagnéticas y radioactivas en muchas partes del globo y las comparan entre sí, hasta obtener cratones con iguales resultados. El debate se centra en los detalles, en cómo un determinado trozo de territorio pudo estar en uno u otro lugar durante un periodo, y no tanto en el concepto. Los super continentes existieron, con nombres o configuraciones distintas y seguramente volverán a existir, pues el movimiento tectónico continúa.

La Tierra es un ente en constante cambio, los movimientos de las placas tectónicas, erupciones volcánicas y otros fenómenos geológicos y medio ambientales aseguran la revolución permanente de los ecosistemas. El proceso nunca se detiene.

Durante el periodo paleógeno, hace más de 30 millones de años, el área que ahora ocupa el Sahara permanecía hundida bajo el Mar de Tethys. La Deriva Continental llevó al continente africano hacia el norte, hasta que chocó con lo que ahora es Europa. La presión entre los dos bloques empujó un trozo de tierra hacia la superficie. Los vientos y el calor inherente a la latitud exprimieron toda la humedad, convirtiendo al recién emergido trozo en un gigantesco desierto.

Hace unos tres millones de años nació el Sahara, ese desierto está repleto de fósiles de organismos marinos, moluscos, artrópodos, e incluso mamíferos, como las ballenas. Entre estos están los bichos a los que debemos las Pirámides de Egipto, las nummulites.

El Sahara es el desierto tropical más grande y más caliente del planeta. Con sus nueve millones de kilómetros cuadrados ocupa una extensión similar a la de China, Australia o Estados Unidos. Hoy es un páramo estéril de interminables dunas y montañas labradas por la erosión. Pero la realidad es que, hace sólo unos miles de años, el Sahara era un oasis de vida, cubierto por grandes extensiones de bosque fluvial y volverá a serlo. A menos que ocurra una catástrofe, el Sahara volverá a llenarse de verde y de vida, pero no lo veremos nosotros, ya que esto ocurrirá en unos 15.000 años.

Hace ya unas décadas que se descubrieron pruebas del pasado húmedo del Sahara, eso dio lugar a que los científicos se volcaran en la investigación de su pasado. No sólo han encontrado más pruebas, sino que han llegado a entender sus orígenes, y las causas de este cambio tan radical.

El rastro fósil evidencia las múltiples etapas en las que el Sahara ha sido verde, animales y plantas, y cuando ha sido desierto. Hay incluso restos de humanos, asentamientos, pinturas rupestres, cuentas de collares, etc.

El Neolítico Subfluvial, es el último periodo en el que buena parte del Sahara estuvo cubierto de vida, y agua. Hace unos 7.000 años, en lo que ahora es el Norte, Centro y Este de África, existieron al menos tres grandes lagos, sustentos de vida. No era una selva como el Amazonas, pero sí planicies de pastos muy similares a las que ahora existen en el Sahel, el África subsahariana.

Pero hace unos 5.500 años, la órbita de la Tierra se reacomodó, y todo terminó. En un periodo que no se extendió por más de dos siglos, las lluvias volvieron al sur. El Sahara volvió a ser un desierto. Los habitantes de aquella zona, se cree, emigraron hacia el Este, hasta encontrar una nueva fuente de agua fresca junto a la cual construir su civilización. Dicha fuente sería el Río Nilo y su nueva civilización el Antiguo Egipto.

Fuente:http://www.cienciahistorica.com/2017/08/26/sahara-fue-volvera-verde/

 

Las Placas Tectónicas

El ciclo supercontinental o ciclo de Wilson (John Tuzo Wilson), postula que cada 400-500 millones de años todas las masas de tierra emergidas se unen, formando un super continente.

El desplazamiento de las placas se realiza sobre una superficie esférica, por lo que los continentes terminan por chocar y soldarse, formándose una gran masa continental, un super continente. Esto ha ocurrido varias veces a lo largo de la historia de la Tierra. El super continente impide la liberación del calor interno, por lo que se fractura y comienza un nuevo ciclo. Así, las masas continentales permanecen, se unen y fragmentan en cada ciclo, mientras que las cuencas oceánicas se crean y se destruyen.

El último super continente llamado Pangea, se formó alrededor del período Pérmico hace 280-240 millones de años y su desintegración continúa en nuestros días.

Antes de Pangea, se había formado un super continente llamado Pannotia a finales del eón Proterozoico, durante el período Ediacárico (hace unos 600 millones de años). Su desintegración y los consecuentes choques obductivos entre placas se relacionan con la Orogenia Hercínica, de gran importancia en la formación de los relieves más antiguos en la Península ibérica.

Hace aproximadamente 1.100 millones de años, hubo otro super continente, Rodinia, que se dividió hace 750 millones. Comenzó a formarse a partir de tres o cuatro continentes preexistentes, un acontecimiento conocido como la Orogenia Grenville.

En el ciclo de Wilson se distinguen las siguientes etapas:

  1. El continente se fragmenta por acción de puntos calientes que abomban y adelgazan la corteza terrestre hasta romperla, originándose un rift continental (como el Rift africano).

  2. En la línea de fragmentación se empieza a formar litosfera oceánica (borde constructivo) que separa los fragmentos continentales. Si continúa la separación el rift es invadido por el mar y se va transformando en una dorsal oceánica. Los continentes quedan separados por una pequeña cuenca oceánica (como el actual mar Rojo).

  3. El proceso continúa y los continentes se separan progresivamente. Entre ellos aparece una cuenca oceánica ancha, con una dorsal bien desarrollada (como el Océano Atlántico actual).

  4. Cuando la cuenca oceánica alcanza cierto tamaño y es suficientemente antigua, los bordes de contacto con los fragmentos continentales se vuelven fríos y densos y comienzan a hundirse debajo de los continentes y se genera un borde destructivo. En esta zona se origina una cadena montañosa que va bordeando al continente (orógeno tipo andino, como la cordillera de los Andes). La corteza oceánica se desplaza desde el borde constructivo al de destrucción como una cinta transportadora, por lo que la cuenca oceánica deja de crecer (como el Océano Pacífico).

  5. Dada la forma esférica de la Tierra, otros bordes constructivos pueden empujar a los fragmentos continentales en sentido contrario, con lo que la cuenca oceánica se va estrechando (como en el Mar Mediterráneo).

  6. Finalmente, al desaparecer la cuenca oceánica las dos masas continentales chocan (obducción) y se origina un continente único (supercontinente), y sobre la sutura que cierra el océano se forma una cordillera (orógeno tipo himalayo, como la cordillera del Himalaya).

Actualmente las placas tectónicas en la superficie de la tierra con límites más o menos definidos, se dividen en 15 placas mayores (o principales) y 43 placas menores (o secundarias).

La teoría de la tectónica de placas, explica de forma bastante satisfactoria la forma como las inmensas masas que componen las placas tectónicas se pueden «desplazar», algo que quedaba sin explicar cuando Alfred Wegener propuso la teoría de la Deriva Continental, aunque existen varios modelos que coexisten.

Las placas tectónicas se pueden desplazar porque la litósfera tiene una menor densidad que la astenósfera, que es la capa que se encuentra inmediatamente inferior a la corteza.

Las variaciones de densidad laterales resultan en las corrientes de convección del manto. Se cree que las placas son impulsadas por una combinación del movimiento que se genera en el fondo oceánico fuera de la dorsal, debido a variaciones en la topografía y densidad de la corteza, que resultan en diferencias en las fuerzas gravitacionales, arrastre, succión vertical, y zonas de subducción.

Una explicación diferente consiste en las diferentes fuerzas que se generan con la rotación del globo terrestre y las fuerzas de marea del Sol y de la Luna. La importancia relativa de cada uno de esos factores es objeto de debate.

El movimiento de las placas, se origina en unas corrientes de materiales que suceden en el manto, las denominadas corrientes de convección, y sobre todo, en la fuerza de la gravedad. Las corrientes de convección se producen por diferencias de temperatura y densidad, de manera que los materiales más calientes pesan menos y ascienden, y los materiales más fríos son más densos, pesados, y descienden.

El manto, aunque es sólido, se comporta como un material plástico o dúctil, es decir, se deforma y se estira sin romperse, debido a las altas temperaturas a las que se encuentra, sobre todo el manto inferior.

En las zonas profundas el manto hace contacto con el núcleo, el calor es muy intenso, por eso grandes masas de roca se funden parcialmente y al ser más ligeras ascienden lentamente por el manto, produciendo unas corrientes ascendentes de materiales calientes, las plumas o penachos térmicos. Algunos de ellos alcanzan la litósfera, la atraviesan y contribuyen a la fragmentación de los continentes.

En las fosas oceánicas, grandes fragmentos de litósfera oceánica fría se hunden en el manto, originando por tanto unas corrientes descendentes, que llegan hasta la base del manto. Las corrientes ascendentes y descendentes del manto podrían explicar el movimiento de las placas, al actuar como una especie de «rodillo» que las moviera.

Los límites de placas, son los bordes de una placa, y es ahí donde se presenta la mayor actividad tectónica (sismos, formación de montañas, actividad volcánica), ya que es donde se produce la interacción entre placas. Hay tres tipos de límites:

-Divergentes: son límites en los que las placas se separan unas de otras y, por lo tanto, emerge magma desde regiones más profundas (por ejemplo, la dorsal mesoatlántica formada por la separación de las placas de Eurasia y Norteamérica y las de África y Sudamérica).

-Convergentes: son límites en los que una placa choca contra otra, formando una zona de subducción (la placa oceánica se hunde bajo la placa continental) o un cinturón orogénico (si las placas chocan y se comprimen). Son también conocidos como «bordes activos».

-Transformantes: son límites donde los bordes de las placas se deslizan una con respecto a la otra a lo largo de una falla de transformación.

En determinadas circunstancias, se forman zonas de límite o borde, donde se unen tres o más placas formando una combinación de los tres tipos de límites.

La placa Africana es una placa tectónica continental que cubre el continente africano y que se extiende hacia el oeste hasta la dorsal mesoatlántica. Las placas limítrofes son:

  • Al Norte la placa Euroasiática y la placa Arábiga.

  • Al Sur la placa Antártica.

  • Al Este la placa Australiana, la placa India y la placa Arábiga.

  • Al Oeste la placa Sudamericana y la placa Norteamericana.

Todos los límites de la placa Africana son muy divergentes, excepto el que tiene con la placa Euroasiática. La placa abarca varios bloques continentales estables de rocas madres, los cuales formaron el continente africano durante la existencia de Gondwana hace unos 550 millones de años. Estos bloques son, del Sur al Norte, el Kalahari, Congo, Sáhara y el bloque africano del Oeste. Cada uno de estos bloques se pueden subdividir en bloques más pequeños y uniformes.

Uno de los aspectos más importantes de la placa es el Gran Valle del Rift en el Este, una fractura que está separando a una porción del continente, y de la placa, que eventualmente dividirá la placa en dos: la placa de Nubia y la placa Somalí. Actualmente muchos textos científicos ya explicitan estas dos placas. Así, por ejemplo, se dice que el estrecho de Gibraltar separa la placa Euroasiática de la placa de Nubia.

El movimiento de la placa Africana es de 2,15 centímetros al año aproximadamente, hacia el Norte. Los expertos estiman que se unirá al extremo sur de España dentro de 650.000 años, separando el mar Mediterráneo del océano Atlántico.

Fuente: Wikipedia

Jesús de Nazaret (el Cristo)

Ningún historiador serio duda de la existencia de Jesús de Nazaret. Para el historiador especializado en culturas antiguas Michael Grant, ya fallecido, hay más evidencias de que existió Jesús que las que tenemos de famosos personajes históricos paganos.

También James H. Charlesworth escribió: «Jesús sí existió y sabemos más de él que de cualquier Palestino judío antes del 70 d.C.».

E.P. Sanders en «La figura histórica de Jesús» afirma: «Sabemos mucho sobre Jesús, bastante más que sobre Juan el Bautista, Judas el Galileo y otras figuras cuyos nombre tenemos de aproximadamente la misma fecha y el mismo lugar».

Y F.F. Bruce autor de «¿Son fidedignos los documentos del Nuevo Testamento?», sostiene que para un historiador imparcial, la historicidad de Cristo es tan axiomática como la historicidad de Julio César.

La muerte en la cruz es el hecho histórico mejor atestiguado de la biografía de Jesús, señala Santiago Guijarro, catedrático de Nuevo Testamento de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca. Jesús no fue considerado como significativo por los historiadores de su tiempo. Si aparece en la literatura pagana y judía de la época fue por el empuje de los cristianos que le siguieron.

Ninguno de los historiadores no cristianos se propuso escribir una historia de los comienzos del cristianismo, y por esta razón sólo mencionan los acontecimientos que tenían alguna relevancia para la historia que estaban contando. Sin embargo, el valor de estos datos puntuales es muy grande, explica Guijarro en «El relato de la Pasión y la historia del cristianismo».

El historiador norteamericano John P. Meier, relata en «Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico» cómo en conversaciones con gente de la prensa y el libro (…) ésta fue casi invariablemente la primera pregunta: ¿puede usted probar que existió?. Si me es posible reformular una interrogación tan amplia en una más concreta como: ¿Hay pruebas extrabíblicas en el siglo I d.C. de la existencia de Jesús?. Entonces creo que, gracias a Flavio Josefo, la respuesta es sí.

Flavio Josefo (93 d.C.)

El historiador judío romanizado (37 a 110 d.C.) recoge en el texto conocido como «Testimonium flavianum» de su libro Antigüedades judías (91-94) una referencia a Jesús que si bien se cree que fue retocada con las frases entre paréntesis, se considera auténtico: «En aquel tiempo apareció Jesús, un hombre sabio, (si es lícito llamarlo hombre); porque fue autor de hechos asombrosos, maestro de gente que recibe con gusto la verdad. Y atrajo a muchos judíos y a muchos de origen griego, (Él era el Mesías) y cuando Pilato, a causa de una acusación hecha por los principales de entre nosotros lo condenó a la cruz, los que antes le habían amado, no dejaron de hacerlo. (Porque él se les apareció al tercer día de nuevo vivo: los profetas habían anunciado éste y mil otros hechos maravillosos acerca de él). Y hasta este mismo día la tribu de los cristianos, llamados así a causa de él, no ha desaparecido».

En Ant. 20.9.1. también hace referencia a Jesús, que es llamado Mesías, al dar cuenta de la condena a Santiago a ser apedreado.

Tácito (116 d.C.)

El historiador romano (56 a 118 d.C) menciona a Cristo en sus «Anales» escritos hacia el año 116 d.C. al hablar sobre Nerón y el incendio de Roma en el año 64. Informa de la sospecha que existía de que el propio emperador había ordenado el fuego y recoge cómo «para acallar el rumor, Nerón creó chivos expiatorios y sometió a las torturas más refinadas a aquellos a los que el vulgo llamaba “crestianos”. Su nombre proviene de Cristo, quien bajo el reinado de Tiberio, fue ejecutado por el procurador Poncio Pilato. Sofocada momentáneamente, la nociva superstición se extendió de nuevo, no sólo en Judea, la tierra que originó este mal, sino también en la ciudad de Roma, donde convergen y se cultivan fervientemente prácticas horrendas y vergonzosas de todas clases y de todas partes del mundo».

Los historiadores consideran a Flavio Josefo y Tácito como los testimonios primitivos independientes relativos al mismo Jesús más consistentes, aunque también hay otras fuentes que recogen datos sobre los primeros cristianos.

Plinio, el Joven (112 d.C.)

Procónsul en Bitinia del 111 al 113 y sobrino de Plinio el Viejo. Se conservan 10 libros de cartas que escribió. En la carta 96 del libro 10 escribe al emperador Trajano para preguntarle qué debía hacer con los cristianos, a los que condenaba si eran denunciados. En ella cita tres veces a Cristo y señala que los cristianos decían que toda su culpa consistía en reunirse un día antes del alba y cantar un himno a Cristo como a un dios: «Decidí dejar marcharse a los que negasen haber sido cristianos, cuando repitieron conmigo una fórmula invocando a los dioses e hicieron la ofrenda de vino e incienso a tu imagen, que a este efecto y por orden mía había sido traída al tribunal junto con las imágenes de los dioses, y cuando renegaron de Cristo (Christo male dicere). Otras gentes cuyos nombres me fueron comunicados por delatores dijeron primero que eran cristianos y luego lo negaron. Dijeron que habían dejado de ser cristianos dos o tres años antes, y algunos más de veinte. Todos ellos adoraron tu imagen y las imágenes de los dioses lo mismo que los otros y renegaron de Cristo. Mantenían que la sustancia de su culpa consistía sólo en lo siguiente: haberse reunido regularmente antes de la aurora en un día determinado y haber cantado antifonalmente un himno a Cristo como a un dios (Carmenque Christo quasi deo dicere secum invicem). Hacían voto también no de crímenes, sino de guardarse del robo, la violencia y el adulterio, de no romper ninguna promesa, y de no retener un depósito cuando se lo reclamen».

Trajano contestó a Plinio diciéndole que no buscara a los cristianos, pero que cuando se les acusara, debían ser castigados a menos que se retractaran.

Suetonio (120 d.C.)

El historiador romano (70-140 d.C.) hace una referencia en su libro «Sobre la vida de los Césares» donde narra las vidas de los doce primeros emperadores romanos. En el libro V se refiere a un tal «Chrestus» al mencionar la expulsión de los judíos de Roma ordenada por el emperador Claudio: «Expulsó de Roma a los judíos que andaban siempre organizando tumultos por instigación de un tal Chrestus».

La mayoría de los historiadores coinciden en que Chrestus es Cristo porque era frecuente que los paganos confundieran Christus y Chrestus y no existe ningún testimonio sobre ningún Chrestus agitador desconocido.

En los Hechos de los Apóstoles se recoge este acontecimiento: «Áquila y Priscila acababan de llegar (a Corinto) desde Italia por haber decretado Claudio que todos los judíos saliesen de Roma».

Luciano (165 d.C.)

El escritor griego Luciano de Samosata satiriza a los cristianos en su obra «La muerte de Peregrino»: «Consideraron a Peregrino un dios, un legislador y le escogieron como patrón…, sólo inferior al hombre de Palestina que fue crucificado por haber introducido esta nueva religión en la vida de los hombres… Su primer legislador les convenció de que eran inmortales y que serían todos hermanos si negaban los dioses griegos y daban culto a aquel sofista crucificado, viviendo según sus leyes».

Mara Ben Sarapión (finales del siglo I)

Existe una carta de Mara Ben Sarapión en sirio a su hijo en la que se refiere a Jesús, aunque no lo menciona por su nombre: «¿Qué provecho obtuvieron los atenienses al dar muerte a Sócrates, delito que hubieron de pagar con carestías y pestes? ¿O los habitantes de Samos al quemar a Pitágoras, si su país quedó pronto anegado en arena? ¿O los hebreos al ejecutar a su sabio rey, si al poco se vieron despojados de su reino?. Un dios de justicia vengó a aquellos tres sabios. Los atenienses murieron de hambre; a los de Samos se los tragó el mar; los hebreos fueron muertos o expulsados de su tierra para vivir dispersos por doquier. Sócrates no murió gracias a Platón; tampoco Pitágoras a causa de la estatua de Era; ni el rey sabio gracias a las nuevas leyes por él promulgadas».

Celso (175 d.C.)

En «Doctrina verdadera» ataca a los cristianos. Aunque no se conserva su libro, sí muchas de sus citas por la refutación que escribió Orígenes unos 70 años después.

En el Talmud

El gran erudito judío Joseph Klausner ya escribió a principios del s. XX que las poquísimas referencias del Talmud a Jesús son de escaso valor histórico. En el tratado de Sanedrin 43a se menciona a Yeshú: «Antes pregonó un heraldo. Por tanto, sólo (inmediatamente) antes, pero no más tiempo atrás. En efecto contra esto se enseña: “En la víspera de la pascua se colgó a Jesús”. Cuarenta días antes había pregonado el heraldo: “Será apedreado, porque ha practicado la hechicería y ha seducido a Israel, haciéndole apostatar. El que tenga que decir algo en su defensa, venga y dígalo”. Pero como no se alegó nada en su defensa, se le colgó en la víspera de la fiesta de la pascua».

Muy probablemente el texto talmúdico se limita a reaccionar contra la tradición evangélica, considera John P. Meier en «Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico».

Fuente:http://www.abc.es/sociedad/20140417/abci-testimonios-cristianos-existencia-jesus-201403101319.html

Los Dioses Navegantes

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En la costa norte de Perú, en Lambayeque, encontramos el mito de Naylamp o Ñam-Lap que se remonta siglos atrás. Se cuenta que en aquella época los antiguos peruanos fueron testigos de la llegada de un gran señor.

Cuenta la leyenda que una gran flota de balsas, comandadas por Naylamp desembarcaron cerca a la desembocadura del río Faquisllanga, caminaron un largo trecho hasta encontrar un sitio ideal para asentarse y construir un palacio al que denominaron Chot. La tradición dice que en el lugar principal de este palacio (Chot) colocaron a Yampallec, figura esculpida en piedra verde, que trajeron consigo y que representaba la imagen del mismo Naylamp.

El tiempo transcurre, pasan los años, viviendo en paz, procrean muchos hijos; hasta que Naylamp abandona a su pueblo para irse volando en forma de un ave. Esto podría haber sucedido, dicen los estudiosos Golte (2009), Kauffmann (2002), Donnan (1992), Lumbreras (1969), Larco (1966) y Kroeber (1925) entre los años 900 d.C. y 1300 d.C.

A continuación transcribimos una importante publicación de la Revista Caretas n° 1187 que dice:

 Corre el año 900 d.C. Atravesando una frondosa masa de algarrobos y zapotes, una comitiva de nobles de la cultura Sicán, descendientes de los Mochica, identifican un claro en el bosque de Ferreñafe, Lambayeque. Inmediatamente, los sacerdotes realizan alineaciones astrológicas y corroboran que ese es el lugar indicado para adorar al dios Naylamp. Levantan la huaca Las Ventanas y el bosque se vuelve su capital sagrada. Hoy el lugar responde al nombre de Santuario Histórico Bosque de Pómac. Desde entonces, y durante casi 500 años, alrededor de 50.000 habitantes Sicán reinaron en la zona hasta ser sucedidos por los Chimú, unos 160 años antes de la llegada de los españoles. En ese tiempo su orfebrería y arquitectura fue impresionante.

En el Área Natural Protegida, de 5.887 hectáreas, se erigen 20 pirámides de adobe en un radio de 45 Km2. Con el Proyecto Arqueológico Sicán –iniciado en 1978 por el arqueólogo japonés Izumi Shimada junto al Ph.D. Carlos Elera– se descubrió que cada una de ellas albergaba riquezas notables. Tan sólo en la huaca Loro se hallaron 1.200 kilos de objetos preciosos, sostiene Elera, presidente del Comité de Gestión de Pómac. Esto la hace la tumba prehispánica más rica del continente. Por algo también se llama Huaca del Oro. Con esto, el 90% de las piezas de oro del Perú precolombino viene de los Sicán, añade. El metal servía para adorar a Naylamp y endiosar al Señor de turno. Así lo demuestra el Gran Tocado Ceremonial con un Naylamp de ojos alados bajo un felino de oro puro. Para los Sicán, Pómac era un bosque sagrado. Para los miles de visitantes que llegan al Museo Nacional de Sicán año a año, es dorado.

Esta publicación hace referencia a un importante acontecimiento de difusión de una tradición o tal vez de una vivencia propia que se transmitió de generación en generación sobre un personaje, un Dios Navegante.

Otra leyenda de dios navegante, alto, con barba, de piel clara hace su aparición en el Perú, en Tiahuanaco o Tiwanaku, este “dios” es conocido como Viracocha. Sabemos que cuando los primeros colonizadores españoles pisaron Perú en 1532, se quedaron sorprendidos ante los gigantescos monumentos abandonados en el paisaje. Según los incas, aquellos colosos fueron erigidos por una raza de “dioses blancos” que vivieron allí en tiempos inmemoriales. Aquellos arquitectos eran hombres sabios, pacíficos, que no sólo transmitieron sus conocimientos sobre agricultura, astronomía y arquitectura, sino que también enseñaron una manera de ver la vida.

Sobre la historia de este “dios” anotamos el trabajo de Rankin (1999: 144) a continuación: “De estos misteriosos seres las leyendas recogen el paso de Tangaroa, Rongo, Hotu Matua, entre otros. Pero quizás el que más sobresale es el nombre del dios Tiki, quien, como los demás, aseguraba venir de un país calcinado por el sol. Maui, uno de los adeptos de Tiki y pariente cercano además, aseguraba que procedía de un lugar llamado Pura, y la palabra pura es la que indica la parte del cielo por donde se levanta el sol. Así no era difícil adivinar que Tiki, por ser pariente suyo, provenía del mismo sitio. Gracias a ello, los indígenas del Perú lo llamaron Illa-Tiki o Kon-Tiki, que dicho de otra manera significa Fuego-Tiki o Sol-Tiki. En tiempos anteriores a los incas, en la zona litoral del Perú, los indios lo denominaban Kon, mientras en el interior del país era conocido como Tiki. Sin embargo, cuando los incas llegaron al poder descubrieron que estos dos nombres pertenecían a la misma divinidad que ya ellos llamaban Viracocha, es decir Espuma de Mar, y entonces unieron los tres nombres: Kon-Tiki-Viracocha, aunque algunos han llegado a pensar que su verdadero nombre era Inga Viracocha.

Este dios en particular era sumo sacerdote y líder de los demás dioses blancos que lo seguían. Junto con él al menos doce hombres más habían arriesgado sus vidas cruzando el mar por intentar llegar a la Polinesia. Sus nombres, afortunadamente, se han conservado hasta nuestros días: Ku, Kane, Kama, Kura, Kukara, Ilo, Mauri, Ra, Rangi, Papa, Taranga e Hiti. Estos hombres blancos encabezados por Tiki se alargaban los lóbulos de las orejas artificialmente. Eran llamados Orejas Largas por los incas.

Los indios vecinos de la mítica ciudad de Tiahuanaco, aseguraban que el lago Titicaca era el lugar de residencia del dios Tiki, pero una leyenda cuenta que los dioses blancos fueron perseguidos y masacrados por un jefe indio llamado Cari proveniente del valle de Coquimbo. Todo parece indicar que la raza blanca quedó parcialmente aniquilada por aquel salvaje, pero Tiki y algunos de sus hombres lograron escapar.

Los indios que habitaban ambos lados de las Américas, contaban que en tiempos pasados unos hombres barbudos, de piel blanca, ojos azules y cabellos de color rojo, desembarcaron en las costas de su país. Venían en grandes naves que poseían alas de cisne y casco luminoso. Lo cierto es que tiempo después de haber salido huyendo del Perú, Tiki y sus adeptos fueron a parar a la isla del Polinesio. Los habitantes de estos pequeños trozos de tierra pertenecen a la misma raza polinesia que ven en Tiki a su antepasado original. Allí los orejones fueron atacados por un grupo de Orejas Cortas (caníbales) que, al parecer atraídos por el color blanco de sus pieles y el color rojizo de sus cabellos, no pudieron evitar la tentación de exterminarlos.

De igual manera este personaje señaló a los hombres, animales y vegetales las funciones que debían cumplir en la Tierra. Después de acabar su obra siguió el camino del Sol, perdiéndose en el océano con su comitiva por el Oeste.

Por lo que sabemos Viracocha fue venerado por las culturas andinas desde el Primer Horizonte o Formativo, (en lengua quechua “wiraqucha” proviene de la fusión de dos vocablos: wira (grasa) y qucha (laguna), el nombre original podría ser wayraqucha -el viento de los mares- tanto por su concepción como un personaje que aparece por el lado del mar y como viento).

A él se refiere la Dra. María Rivara de Tuesta en un episodio de la vida del Inca Huayna Cápac cuando a éste se le presenta un “fantasma” que vaticina la llegada de hombres blancos al Tawantinsuyu:

Debemos partir de esta inicial formación aun cuando la explicación de este acontecimiento queda en la bruma de lo imaginativo y sólo podemos establecer una remota relación, obedeciendo a la descripción física de “el fantasma” -un hombre con barbas-, con algún navegante perdido que hubiese podido llegar al Cuzco desde las costas atlánticas del sur de nuestro continente y que el sacerdocio puso secretamente en comunicación con el príncipe en sus tres años de destierro en los pastos de Chita. Este extraño personaje, que pudo ser un naufrago, habría informado el sacerdocio, y en general al joven futuro Inca, de la existencia de otra remota cultura y le habría explicado ciertos aspectos fundamentales de la misma. De hecho Viracocha adopta el nombre de la entidad explicativa de todo lo existente y fue, al mismo tiempo, un renovador en muchos otros aspectos, incluyendo el religioso”.

En Chavín lo encontramos en la Estela de Raimondi como el Dios de los Báculos. En Huari, lo encontramos en sus vasijas y textilería; llamándose Dios Bizco, al representar sus ojos las fases de la Luna. En Tiahuanaco lo encontramos en la Portada del Sol, llamándosele Dios Llorón.

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Siendo sus características como refieren los cronistas Cabello de Balboa (1951), Cobo (1953), Estete (1924) y Oliva (1998) este personaje salió del agua (posiblemente una adaptación del mar), enseñó a los hombres y mujeres a trabajar la tierra, era de tez blanca, con barba y alto. Los Incas lo consideraron un dios principal como el Inti o Sol. De las pruebas de su existencia existen muchos testimonios arqueológicos a lo largo y ancho del país y las encontramos principalmente en la iconografía, John Howlan Rowe en 1948 estableció un cuadro cronológico explicativo para el Perú.

En el caso de los Incas, el cronista Pedro Pizarro (1986) afirmó que la familia del Inca Atahualpa era alta, de piel más blanca que los españoles y que tenían los cabellos de color rojo. Estas líneas nos hacen pensar si los Incas (los forjadores de un gran Estado conocido como Tawantinsuyu que se extendía a lo largo de Sudamérica en más de 4.000 km.) fueron una raza autóctona o todo lo contrario.

La tradición de los dioses navegantes en Perú y en los demás países americanos es amplia y está bien documentada en crónicas y en el arte prehispánico; ya sea la Divinidad Atigrada Chavín, el Dios volador de Paracas y Nazca, el Naylamp Moche y Chimú, el Apo Catequil de Cajamarca, el Dios del fuego de los Yauyos (Wallalo Karhuincho), Pachacámac, el Inti de los Incas, el Amalivaca de Guaraní o el Pay Zumé de los tupíes, todos cuentan y mantienen la tradición de que en un época muy lejana llegaron “los dioses” a sus costas, y ellos les enseñaron a convivir con sus hermanos, les enseñaron a construir templos en honor a ellos o a una autoridad espiritual superior, pues queramos o no, los navegantes trajeron y expandieron una nueva cultura y dejaron una gran huella de su presencia.

Fuente: Los.dioses.navegantes.pdf

Escarabeos Fenicios

escarabeolouvre Escarabeo de Amenhotep III (1379-1380 a.C.) procedente de Tebas. ( Museos Vaticanos)

El escarabajo es un ejemplo de la importancia que tuvo este insecto en las creencias de los pueblos mediterráneos primevos, sobre todo en Egipto, donde alcanzó categoría de deidad. Representados en miles de objetos y estelas, son también asumidos por los Fenicios, de forma general se conocen como escarabeos o simplemente sellos.

Los sellos cilíndricos mesopotámicos, eran muy útiles sobre arcilla blanda y son conocidos en la zona desde principios de la Edad de Hierro. Es sabido que fue la Cultura Urartu (rival de los asirios entre el s. IX-VII a.C. y asentada en la vecina y actual Anatolia) la inventora de los sellos cilíndricos, objetos que heredarán el resto de las culturas que por la zona se iban gestando, y fueron característicos de las Mesopotámicas.

sellos-cilindricos

La proximidad de Fenicia podría haber ejercido influencia entre sus comerciantes, sin embargo aún estaban lejos de ser algo más que pequeñas aldeas neolíticas en desarrollo, y habría que esperar a los conocidos escarabeos egipcios para que los Fenicios asumieran este otro nuevo y práctico método identitario.

El tipo de sellos cilíndricos fue cayendo en desuso conforme otro tipo de escritura y otros soportes para ella fueron apareciendo (papiro, ostraka, pergamino), por lo que estos sellos fueron reemplazados por los escarabeos.

escarabeolouvreEn Egipto, los sellos cilíndricos dejaron de usarse durante la X Dinastía y van siendo sustituidos por los conocidos escarabeos, de los que se conocen millones de ejemplares, llegando a manifestar un auténtico elemento de su identidad, citándose ya la talla de ejemplares desde el 2600-2500 a.C. y especialmente hacia la X Dinastía, cuando su uso empieza a generalizarse y son extremadamente frecuentes desde mediados de la XII Dinastía.

El escarabajo como representante del hombre y del mundo terrestre, de la resurrección y del eterno renacer, hizo que fuera el amuleto más popular (otros fueron el ojo de Horus, Ra, Bes, Thot, Tanit, etc.) junto a manos, pies, bellotas y animales (monos, carneros, liebres, leones, cerdos, halcones, etc.) en los enterramientos (casi siempre con escarabeos) que se depositaban junto al difunto como símbolo de nueva vida, y fue el amuleto de buena suerte más utilizado y uno de los elementos más frecuentes, extendiéndose su uso durante casi 2000 años, e influyendo en la vecina e invadida Fenicia.

Como en el caso de los egipcios, también en los sellos fenicios hallamos una mayor creatividad y una marcada libertad por parte de los artistas, y grabados multitud de elementos con sus nombres, escenas, creencias y elementos del medio natural. Utilizados primero como elemento identitario comercial, posteriormente adquirirán fuertes connotaciones mágico-simbólicas, y por último serán utilizados como elemento marcadamente destinado al ornamento y ostentación.

La presencia de los escarabeos en suelo fenicio es de largo historial. Ya aparecen escarabeos, junto a sellos cilíndricos de tipo sirio, hachas, etc., en enterramientos de Kafer-Giarra (al este de Sidón), datados del Bronce Medio y Bronce Tardío, lo que refleja muy primitivo culto por este insecto, que se unirá a la posterior influencia egipcia, cuyo arte era ya por entonces admirado. Más tarde (s. XVI a.C.) siguen apareciendo (en pasta silícea) en enterramientos en Majdalouna, al noreste de Sidón, y la influencia egipcia acaba por ser definitiva tras el hallazgo de 15 escarabeos de la poderosa XVIII Dinastía (algunos con el nombre de Thutmosis III), en una gruta funeraria de Qrayé o en las Tumbas reales de Mogheret Abloum.

Sin duda los fenicios primero, y de ellos los cartagineses después, habrían tomado de los egipcios la tradición de vincular al escarabajo con la resurrección, son frecuentes escarabajos tallados, a modo de amuletos, en sus prácticas funerarias.

Se han hallado tallados, a modo de amuletos o en sellos, de marcada influencia egipcia en anillos, gemas en piedras semipreciosas, en sus asentamientos y enterramientos, no siempre pertenecientes a clases acomodadas, como el Escarabajo Fenicio de Nimrud (s. VIII a.C.) en marfil, y otros en oro, han sido hallados desde muy antiguo, lo que demuestra en Fenicia, ancestral veneración por este insecto como amuleto.

Los hallazgos de estas piezas en caliza, pasta silícea, marfil o piedras semipreciosas desde Cágliari, Tharros o Sássari (Cerdeña) a Les Andalouses o Rachgoun (Argelia) o Lixos o Tit (Marruecos) muestran lo extendido de estos objetos. También aparecen en su órbita de influencia, como son los escarabeos púnicos de la Necrópolis del Puig dés Molins en Ibiza (s. IV a. C.), el molde con Escarabajo de Ibiza (s. VI a. C.) o el Molde de palmitos, también de Ibiza (s. VI a. C.), y otros hallados en Andalucía, de marcada influencia egipcia.

Los escarabeos fenicios, mercadeados y producidos durante milenios, especialmente desde el s. VII a.C., acabarán sirviendo de un útil aliado en la datación de yacimientos y en el registro glíptico, siendo extremadamente importantes a la hora de interpretar sus creencias y su historia. Como ocurrió entre los escarabeos egipcios, la forma de tallado y los materiales utilizados no solo dan información de su origen, sino de su comercio y tráfico a zonas muy alejadas.

Inicialmente (finales s. VII a.C.) son mayoritariamente de estilo egipcio, hechos de piedras calizas, fayenza, pasta vítrea, etc., hacia finales del siglo V a.C. predomina la influencia griega y son mayoritariamente labrados en jaspe verde, ejemplos tenemos en los tallados en diaspro verde y corniola, característicos de Tharros (Cerdeña), y en la época de las Guerras Púnicas vuelve la pasta vítrea y la fayenza.

Estos escarabajos fueron tallados y realizados sobre todo tipo de materiales y generalmente de pequeños tamaños, desde los más humildes en caliza, alabastro, esteatita o feldespato, a veces esmaltados, a los más valiosos engarzados en pendientes, anillos o brazaletes en berilo, diaspro, serpentina, cuarzo, cristal de roca, ónix, jade, carnalita, obsidiana, hematita, ágata o lapislázuli, etc., y otras piedras opacas como mármol, basalto, diorita, granito, así como marfil, ámbar, madera o resinas; también aparecen manufacturados en pasta de vidrio y cerámica, en ocasiones toscos y sin detalles, mientras que en otros casos sugieren una precisa observación de modelos detallados o de ejemplares observados en la naturaleza.

Desde el inicial empleo y comercio con escarabeos egipcios, tallados en sus conocidos centros de producción (Naucratis o Menfis), poco a poco fueron aparentemente despojados de su ancestral vinculación divina egipcia, manteniendo solo su connotación mágica, y acabaron por ser de producción propia (Tharros), y aparecer en zonas más alejadas, como es el caso del bol con motivos egipcios, escarabajo central y esfinges aladas (s. VIII a.C.) hallado en el asirio Palacio de Ashurnasirpal II, en Nimrud, Norte de Irak, probablemente llevado allí como botín de guerra, u otros hallados en la ciudad cananea de Dor, de marcada influencia egipcia, siendo entomológico ejemplo de la influencia y expansión de creencias egipcias por el orbe mediterráneo (fenicios, cretenses, griegos, etruscos, romanos, etc.) y aún más allá (Persia), y en Iberia son frecuentes en el interior de urnas funerarias, como los hallados en la necrópolis de Ibiza o en el Cortijo de las Sombras (s. VII-VI a.C.) en Frigiliana, Málaga por citar algún ejemplo ibérico, y acabará siendo el elemento determinante, no solo de las tumbas fenicias, sino de las tumbas mediterráneas hasta el periodo romano.

Tras la caída de Fenicia en manos macedonias, un último reducto de esta milenaria tradición y culto al escarabajo se mantuvo en cierta forma vigente entre los griegos, existen bellos anillos tallados en oro en el Louvre (s. VII a.C.) procedentes de Chiusi que lo atestiguan, pero fue a través de Cartago, donde permaneció en auge, y han sido abundantemente hallados en enterramientos, y de ellos su culto pasó y permaneció en Cerdeña, escarabeos egipcios y púnicos han sido hallados en esta isla en yacimientos más recientes (500-300 a.C.) en Nora, Bithia o Sulci, donde se producían casi industrialmente, y desde Etruria eran transportados a Roma.

El culto al escarabajo no acabó con los Minoicos ni con la anexión Greco-Romana de Egipto, sino que se mantuvo durante el Periodo Ptolomeico, influido por los Coptos que mantuvieron esta influencia egipcia y la trasmitieron a griegos y romanos, aunque fueron los Fenicios, especialmente en su periodo Púnico-Cartaginés, quienes retomaron estas tradiciones, y concluída la hegemonía miceno-cretense del Mediterráneo Oriental, las expandieron a través de su comercio de tejidos, joyas, vidrio, pasta vidriada, cerámica o perfumes por el norte de África y sur-oeste europeo, siendo sus fábricas de una enorme calidad y su imagen extremadamente frecuente tanto en sellos como en orfebrería lo cual demuestra su veneración y su culto, o su asociación con la buena suerte o la virilidad, elementos que se extenderán y mantendrán por Creta, Persia, Macedonia, Cartago y Roma, donde se acostumbraba a llevarlos colgados como amuletos, así como en los enterramientos. También se mantuvieron como símbolo de la virilidad entre los soldados y como elementos de adorno y con la caída de Roma su culto prácticamente se perdió para siempre.

Fuente: LAS CREENCIAS Y EL ARTE DE LOS FENICIOS por Víctor J. Monserrat. Boletín de la Sociedad Entomológica Aragonesa (S.E.A.), nº 52 (30/6/2013): 347–371.